Hay un consejo que me sirvió mucho para poder discernir entre los hombres que valía la pena tener en cuenta y aquellos que no se merecen ni cinco minutos de nuestro tiempo.
«Si un hombre está interesado, te va a buscar. Va a encontrar la manera de llegar a ti, de hablarte, de llamarte, de ubicarte. Si no le interesas, simplemente no lo va ha hacer».
Parece simple decirlo, pero cuando alguien nos interesa mucho y nos «llega» nos volvemos ciegas y comenzamos a justifcarle comportamientos. «Es muy tímido», «Es su forma de ser», «Está esperando el momento justo» entre otras, o peor aún, comenzamos a culparnos a nosotras misma: «Es mi culpa, yo debí hablarle», «Lo que pasa es que lo pongo nervioso», etc, etc, etc.
Son todas excusas normales que nos hacemos para no aceptar la verdad: No le gustas tanto. Si le gustaras tanto como él te gusta a ti, probablemente estaría ahí detrás de ti, preguntaría por ti, te hablaría, haría el esfuerzo. Pero no lo hace y te desesperas. Es lógico.
Lo que no es lógico -pero si comprensible- es que te obsesiones con la idea de ese primer momento en el que hablaron y para ti fue como si se encendiera una velita en toda la oscuridad, esa velita de la ilusión que se formó y no se quiere apagar, por más que te den obvias señales de que ese barco se está hundiendo y tu eres la única tarada que sigue adentro pensando que va a salir a flote en cualquier momento.
Pero tranquila. Hay salida de ese hoyo que tu misma estás cavando. Justamente porque tú misma lo estás cavando. Solo debes repetirte esa frase que escribí arriba, que no es ningún secreto, pero que a veces tendemos a olvidar. Recupera tu autoestima, levántate del suelo y deja de caminar de rodillas. Él no lo vale. Nadie lo vale. Convéncete de una vez que ese tipo es un pobre idiota que no supo apreciarte. Convéncete que vales más, que tu tiempo puede ser mejor invertido en otro lugar que no sea el de la frustración constante. Sal de una buena vez de ese círculo vicioso. La gente no cambia. Él no va a cambiar.
Te parecerá triste al principio, te vas a deprimir, pero luego te vas a recuperar. Cuando menos lo pienses, ese tipo te va a importar muy poco. Vas a verlo tal cuál es y ya no vas a querer su compañía. Y piensa en positivo. El día que conozcas a un hombre que sí vale la pena, vas a recordar a ese imbécil que nunca te dio bola y vas a apreciar más a ese chico que no va a pensar dos veces antes de andar contigo.